LINEAGE  & HISTORY  OF A LUGO FAMILY

Genealogía del Capitán D. Alonso Fernández de Lugo y de la Casas Conquistador de Sta. Cruz de Tenerife y Adelantado Mayor de las Islas Canarias  y de la familiar Lugo


El personaje
Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, tal y como se podrá ver en la parte genealógica de este mismo trabajo, tiene sus raíces gallegas, repartidas entre las casas de la ciudad de Lugo, los Lugo, y de Santa Marta de Ortigueira, en A Coruña, aunque natural de Sanlúcar de Barrameda. Ha sido el conquistador gallego con más relevancia durante el reinado de D. Fernando II, de Aragón (1479-1516) y de su esposa Dª Isabel I de Castilla (1474-1504), más conocidos por Reyes Católicos; lo mismo que lo sería su hijo D. Pedro Fernández de Lugo, en tiempos Carlos V (1517-1558).

No sabemos gran cosa de su niñez y juventud, pero su personalidad demuestra la ambivalencia propia de la figura del conquistador de América, que no era más que una terrible mezcla de crueldad y ambición o codicia, ello por una parte y a su vez gran capacidad y sentido de imponer orden y gobierno en las tierras conquistadas. Es imposible negar el trato y las crueldades a las que fueron sometidos los guanches, muchos de ellos, principalmente hombres vendidos como esclavos en los mercados de Valencia, donde su ultima aspiración de libertad no era otra que la muerte. Tampoco debe de negarse al conquistador su capacidad para la agricultura y el comercio de los que fue gran potenciador. Así lo recoge una Real Cédula dada por los RR.CC. en Tortosa en 28 de febrero de 1496 y los documentos autorizando el repartimiento de las tierras en las islas de Santa Cruz de Tenerife y San Miguel de la Palma, que llevan fecha del 5 y 15 noviembre de 1496.

Nuestro personaje, en 1478 a las órdenes de Juan Rejón, forma parte muy activa en la conquista de Gran Canaria y más tarde participa en expediciones a lado de Pedro de Vera, quien le confió el mando del castillo de Agaete, y lo mismo Tenerife y La Palma, que son las islas más importantes del archipiélago canario. Alonso Fernández de Lugo aprovechó al máximo su viaje a la Península para solicitar permiso recabar ayuda a la Corona con el firme propósito de acometer la conquista de las islas aun en poder de los indígenas. Siendo por los monarcas aprobada su propuesta, tras rectificar los repartimientos que le había otorgado Vera, el conquistador es nombrado gobernador de La Palma, y al mismo tiempo le conceden el privilegio del quinto de los cautivos y botín, que venía siendo la mitad de los quintos de Berbería y el de Tenerife; siéndole prometida la muy elevosa suma de 700.000 maravedís, siempre y cuando lograse la conquista de la Isla en el termino de un año. No se conoce con certeza la fecha en que logró desembarcar en La Palma, pero se presume que fue durante el mes de septiembre de 1492, no hallando oposición en Aridane ni en otros principados, posiblemente ello debido a la intervención de la indígena palmera bautizada con el nombre de Francisca de Guzmán, la misma que años más tarde se volvería contra el conquistador en defensa de sus hermanos de raza, que habían sido esclavizados y eran vendidos en los mercados lo mismo que cualquier otra mercancía.
Sin embargo Alonso Fernández de Lugo y sus tropas encontraron fuerte resistencia en otros bandos, donde sus jefes los menceyes acabarían por someterse en abril de 1493, a excepción de Tanausú de Aceró, que resistió en la Caldera y fue capturado al mes siguiente. Alonso puso al frente de aquella empresa a su sobrino Juan, para que atendiera la administración y reparto de las tierras, y proyectó la conquista de Tenerife, renunciado a los 700.000 maravedís prometidos por la Corona a raíz de la conquista de La Palma. Si bien dicha renuncia a sido condicionada al cambio del mando de la expedición a Tenerife. En la misma cabe distinguir dos etapas en la conquista de la isla. La primera de ellas estuvo marcada y fue saldada con la derrota de Acentejo, cuando corría el año 1494, siendo un fuerte fracaso militar para Fernández de Lugo y sus tropas, formadas en mayor parte por castellanos y canarios, aunque entre los primeros por sus apellidos bien su puede decir que ellos o sus inmediatos antepasados tenían origen galaico. La segunda etapa se llevó a cabo en octubre de 1495, en éste caso con un ejercito más numeroso, que para lograrlo incluso llegó el Lugo a vender el ingenio de Agaete, los propios bienes y los de su mujer, recibiendo a su vez amplia ayuda del duque de Medina Sidonia y de otros magnates.

La estrategia de ataque fue mucho mejor planteada que durante las primeras incursiones y las actuaciones fueron llevadas con mucha mas cautela; logrando la primera victoria en el mes de noviembre de 1495 en Gracia, durante enero de 1496 logra vencer a los naturales en el lugar llamado a partir de entonces Victoria de Acentejo. Finalmente durante la primavera del mismo año, somete a sus ordenes en Realejo los que hasta ese momento habían sido los menceyes de la Isla, que fueron bautizados en Toledo: “e llevó consigo nueve reyes que avía en esta isla de Tenerife; e llevó estando Sus Altezas en Almaçán, el año de noventa y seis, e se los entregó, y Sus Altezas e tuvieron por muy bien servidos del dicho Adelantado”. A raíz de la conquista de Santa Cruz de Tenerife, Alonso es nombrado gobernador y justicia mayor de ésta isla y también de La Palma. Fue nombrado Adelantado el 12 de enero de 1503, y confirmado en dicho cargo por Carlos I, en Barcelona, el 17 de agosto de 1519, con facultad de que lo heredera su hijo. Su gobierno a similitud de los conquistadores de las indias, lo realiza con mano firme y dura, con mucho despotismo y arbitrariedad. No obstante con buen instinto de las necesidades de gobierno. Su agresiva actuación desmesurada codicia le hacen acreedor de enormes gastos, a los que tiene que hacer frente vendiendo el ingenio de Agaete, venta que realizó en 28 de febrero de 1496; la misma ha sido confirmada por los Reyes Católicos. A su vez realiza la venta de indígenas en calidad de esclavos, método que ya habían practicado en la isla de La Palma y normal entre los conquistadores.

En el sometimiento de los guanches Fernández de Lugo tiene poco tacto, y no repara a la hora de esclavizar la condición de los distintos bandos, es decir, aliados o enemigos, ello le da igual, nefasto posicionamiento que da lugar a infinidad de reclamaciones e incluso la Corona se ve en la obligación de intervenir, mandando a Sánchez de Valenzuela, que era gobernador de Gran Canaria, con la orden de liberar a todos los isleños sometidos por el Lugo a la más dura esclavitud. Los Reyes Católicos, en sucesivas misivas, tratan de hacer comprender al conquistador que es necesario ir equilatando en cada caso el origen del cautiverio, tema que choca frontalmente con los intereses de los distintos colonos que los esclavizaban y algo muy difícil de afrontar por Alonso, y lo mismo que había pasado en la isla de la Palma, también aquí aparece en la escena una “autentica heroína” llamada María Morales, que defiende con tesón a sus hermanos de raza y procura para ellos conseguir su libertad.

Jurídicamente los nativos eran tratados igual que si fueran moros, es decir la aplicación del llamado “viejo código medieval” es decir infiel y enemigo de la fe cristiana. En aplicación de las capitulaciones reales, ello suponía que el conquistador pasaba a ser el dueño absoluto, tanto de las personas y ganados capturados, lo que le permitía disponer libremente de los humanos y de las bestias. Nuevamente, es necesario aplicar las distintas recomendaciones dadas por la Corona, ante el trato indiscriminado entre los sometidos de buen grado, que habían sido cuatro bandos y los cinco grupos de guerra resistentes. Alonso Fernández de Lugo, ante esta situación de recomendaciones reales, constante lucha por parte de alguna mujer por liberar a sus hermanos de raza, practica una política fluctuante, es decir estar siempre lo mejor posible posicionado a sus interes y estado, algo muy común entre los conquistadores que seguían las antiguas costumbres medievales de tener al rey contento y de parte. Por otro lado, entra también en juego la merced de los quintos del botín hecha por los monarcas y, en último término, cabría también tener en cuenta las demás disposiciones que obran en las capitulaciones, las que no conozco de una forma literal.

Concluida la conquista, al conquistador en aplicación de las distintas mercedes y demás privilegios reales le corresponde hacer el reparto de las tierras que habían sido anexionadas a la Corona. Según se desprende de la Real Cédula del 5 de noviembre de 1496, estas no podían ser vendidas, primeramente entre sus compañeros de expedición y luego entre aquellos que se viniesen a vivir a las islas con sus familias. El reparto y la distribución se llevan a cabo de acuerdo con las normas reales, aunque muchas veces no se cumplen, y se especifica frecuentemente la clase de cultivo a que ha de destinarse cada cupo o lote, que suele ser caña de azúcar, viñedo, cereales, árboles y hortalizas. Con la finalidad de que los colonos no abandonaran las tierras, el gobernador prohibe su venta por el plazo inicial de cinco años, ello, a excepción de que tuvieran su autorización que se daba en circunstancias muy especiales. Al tener los nativos grandes extensiones de terreno sin cultivar y por lo tanto sin estar roturadas, hizo necesaria la entrada de colonos adinerados que en su mayoría eran de origen genovés, a los que el adelantado solía reservar buenos lotes pero también los más costosos a la hora de poner en funcionamiento. Con las sucesivas llegadas de colonos, posiblemente más de los precisos, ha sido necesario subdividir los cupos, muchos ya adjudicados, ello, motivando un descontento general. Pero de todas formas, la obligatoriedad del avecindamiento al menos durante cinco años y la consiguiente puesta en cultivo de la tierra permite el desarrollo de las dos primeras y principales industrias, la azucarera y la vinícola, que hacen intervenir a las islas en la economía europea.

Concluido el reparto del territorio, al conquistador le queda el botín, es decir los indígenas, ganados y muy posiblemente otras riquezas. Varios autores también señalan que trató de una forma infructuosa obtener beneficios de los cupos de las tierras.

Según nos dice el profesor Xesús Rábade Paredes: “Los cautivos de buena guerra, incluido el quinto real expresamente renunciando, le pertenecían como botín; los demás naturales, sí eran de paces, escapaban de su poder, y los restantes bandos, si habían burlado la captura en la lucha, ¿cómo justificar su naturaleza y aprehensión en la paz? Excluidos, pues, los cuatro bandos de paces, al adelantado le quedan unos pocos indígenas de los cinco bandos restantes, casualmente cautivos, aparte de unas cuantas cabezas de ganado, hecho que pone de relieve la apremiante situación económica de los primeros años”. El conquistador se había quedado sin apenas peculio para hacer frente a los numerosos acreedores, salvando la situación económica con la venta de esclavos, sin reparar a que bando habían pertenecido, es decir daba igual que fueran los que voluntariamente aceptaron ser sometidos y los que lo fueron por la fuerza. Repasando la obra de Antonio Romeu Armas, y otras sobre el mismo tema, es frecuente en las mismas hallar referencias a lotes de esclavos vendidos en Valencia, cuyo importe líquido no percibía el Lugo sino que pasaba directamente a sus acreedores. Con el paso de algunos años, ya no serán la venta de indígenas, ¿quizás por que ya no quedaban? Se pasaría a vender azúcar y otros productos agrícolas.

En 3 de mayo de 1493, funda la que se llamó en principio Villa del Apurión, y al poco tiempo se conoció como Santa Cruz de la Palma. En las cuevas de Carias tuvo lugar la primera reunión del Cabildo o Ayuntamiento de la isla, que regiría los destinos de la isla desde entonces. El 14 de mayo de 1506 fundó la ermita de San Miguel en la plaza que lleva su nombre; en 1509 puso la primera piedra al convento grande de San Francisco, cuya capilla mayor costeó y señaló para enterramiento de su familia.

La abundante documentación que se custodia de los hechos, entre la misma merecen destacarse las reales cédulas y otros de verdadera importancia que están custodiados en el Archivo General de Simancas. De hecho su consulta nos refleja la presencia de esclavos de cada uno de los nueve bandos en que se hallaba dividida la isla de Tenerife en el momento de la llegado de Alonso Fernández de Lugo. Esto llevó a dar píe a una serie de reclamaciones y largos pleito por parte de los naturales, promovidos por la propia iniciativa unas veces y otras ayudados por algunos castellanos que también apelan a la justicia real. En definitiva el conquistador no es ni mejor ni peor que otros conquistadores, por otra parte, su conducta es similar o muy parecida a la de cualquier otro de sus contemporáneos, ni más ni menos.

Pedro Fernández de Lugo Xuárez Gallinato, nació en Sevilla en 1475, falleció en Santa Marta en 1536; hijo del anterior Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, y de su primera esposa Dª Catalina Suárez Gallinato; por lo tanto de origen gallego. Acompañó a su padre en la conquista de La Palma y Tenerife, siendo casi un niño, y a la muerte de éste en 1525 heredó el titulo de Adelantado mayor de Canarias que había solicitado en 1519, sucediéndole en calidad de gobernador de las islas de La Palma y Tenerife, siendo a su vez capitán general de la costa africana comprendida entre los cabos de Aguer y Bajador. Sirvió a los Reyes Católicos en la conquista de las Islas Canarias, en 20 de febrero de 1497 fue nombrado paje de la Reina Dª Isabel; obtuvo repartimiento en la aldea de San Nicolás

El sistema de gobierno empleado por él prácticamente en nada se diferenciaba del que había empleado su padre, es decir, un sistema despótico y arbitrario, cargado de numerosas quejas que incluso llegaron al mismo rey Carlos V (1517-1558), quien en 1526 se vio obligado a expedir una cédula real de garantía a los súbditos canarios, que curiosamente surtió efectos prácticos, y –digo curiosamente- dado que la mayor parte de los contenidos o estipulaciones de las cédulas reales en materia de establecer una mínima caridad acerca de los indígenas en raras ocasiones tenían un efecto práctico. Ello ha sido a raíz de la ejecución de Pedro Hernández de Alfaro, y ante la denuncia de su viuda, que era sobrina del conquistador Alonso Fernández de Lugo. Pedro Fernández de Lugo, fue desposeído del cargo de gobernador, al que volvió a acceder un año más tarde, para ser definitivamente cesado en 1536.

Entre otras empresas emprendidas por el Lugo, está la expedición a la costa de África; además de conseguir para los colonos algunos privilegios y exención de tributos. Como persona ambiciosa y deseosa de un mayor poder le llevaron a pedir el gobierno de Santa Marta, en la actual Colombia, petición que le fue aceptada en 1535, siendo nombrado gobernador y capitán general de Santa Marta, además de serle concedido el derecho sucesorio de su hijo en dicho cargo, siempre y cuando cumpliera el compromiso de descubrir el interior. Estas circunstancias para él tan beneficiosas y a su vez deseadas le obligaron a embarcase ese mismo año hacia los nuevos reinos de indias. Llevó una tripulación de 1.500 hombres y, una vez en Santa Marta, organiza una expedición contra los indios bondas, continuada luego por su hijo, que huye a España con el botín de la campaña. Al poco tiempo organizó otra nueva expedición al interior, bajo el mando de Jiménez de Quesada, que salió de Santa Marta en el mes de abril de 1536. No obstante el Lugo no ha podido disfrutar del éxito de esa expedición tan descubridora de las tierras que más tarde formarían el reino de Nueva Granada, dado que el conquistador falleció en pleno desarrollo de la campaña en 1539.

El linaje
Según nos menciona el Padre Crespo, dice que reconocen el mismo origen que los Fajardo, los Gallego, los Vivero. Su antigüedad se hace remontar casi a los albores de la Reconquista, nada menos que al Rey D. Fruela I (756-758), el cual habría tenido un hijo natural de Dª Ermesenda Romáriz, señora de la villa de Santa Marta de Ortigueira. Habiendo en un principio dos casas principales, la de Ortigueira y la de Lugo, precediendo de esta última los que conquistaron y poblaron las Islas Canarias, entre ellos el personaje más importante se puede decir que fue el Capitán D. Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, del que hemos realizado una pequeña biografía del él y de su hijo Pedro Fernández de Lugo.

De ésta misma prosapia salieron miembros que conquistaron y repoblaron la provincia de Santa Marta (ahora en los límites de Colombia). El nombre de la misma no fue tomado al azar si no que se debe en recuerdo de la cuna común de los de su apellido. Los miembros del poder civil y militar de la ciudad de Lugo les dieron importantes prerrogativas y preeminencias, ello tanto por ser originarios de la misma y también por haber sido importantes repobladores, cuando está prácticamente se halla deshabitada o con una muy mermada población. Entre las prerrogativas eclesiásticas estaba la de tener asiento en la capilla mayor de la catedral lucense y de ser sepultados en la antigua capilla de los reyes ahora de San Froilán y del Pilar.

Miembros de éste linaje probaron su nobleza con varios Títulos y también al entrar en diversas Ordenes Militares, como ha sido en la de Santiago, en 1574. De las primitivas casas de Galicia pasaron a Castilla la Vieja, Andalucía, Islas Canarias, y de éstas a Santa Marta, en las Indias.

Armas: D. Julio de Antienza, en su famosa obra Diccionario Nobiliario Español, nos dice que el referido linaje es gallego, descendiente del Rey D. Fruela I, por su nieto el Conde D. Rodrigo Romaes.

Las más primitivas son: en campo de oro, tres rocas, y sobre ellas tres ortigas, con siete hojas de sinople cada una, sobre ondas de azur y plata, tal y como se pueden ver el primer cuartel siniestro del jefe, del escudo que figura al comienzo de la escritura de institución de Mayorazgo de D. Alonso Fernández de Lugo.

















Las más comunes son: de gules, con una cruz de sinople, perfilada de oro y floreteada, y cantonada de cuatro espigas de oro. Según parece las espigas deben ser una clara referencia heráldica a que fueron señores de Pallares.














Las armas de los Lugo aparecen en diversos blasones que se pueden ver en el lugar de Oimbra, pueblo cercano a la villa de Verín, donde más de un escudo las tiene enlazadas con las de los Yanez, o Yáñez de Lugo, Fonseca y Baamonde.

El escudo de armas de D. Alonso Fernández de Lugo
Según se recoge en un documento custodiado en el Archivo de Simancas, sección Registro del Sello, de noviembre de 1496, entre otras mercedes los Reyes Católicos conceden licencia al Adelantado para que en medio de su escudo pueda colocar dos castillos y dos islas, dice el documento: “Por quanto a los Reyes e Príncipes es propia cosa –dicen- honrrar e sublimar e fazer gracias e mercedes a sus súbditos e naturales, especialmente a quellos que bien e lealmente les syrven: lo qual por nos acatado e considerando los muchos e buenos e leales serviçios que vos Alonso de Lugo nos avedes fecho e fazedes de cada día, espeçilamente en las conquistas de las ylas de Thenerife e Sant Miguel de La Palma, que vos e por que puede memoria de tan señalados servicios de vos e de vuestro linaje e descendientes... tehenemos por bien es nuestra voluntad e merçed que alende e demás de vuestras armas, de vos dar por armas las dichos dos yslas e dos fortalezas en medio dellas, para que las podáys meter e matáys en el escudo de las dichas armas que agora vos thenéys; las quales vos trengáys e traygáys en vuestro escudo e reposteros, e después de vos vuestros desçendientes e linaje...”
El blasón de Alonso de Lugo, con los nuevos cuarteles añadidos a su escudo por los Reyes Católicos, figura en la primera página de la escritura de institución de mayorazgo realizada en 18 de febrero de 1512, que fue aprobado por la Reina Dª Juana. Dicho instrumento se halla en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

El escudo quedó dividido en seis cuarteles, es decir terciado y cortado: son cuartel diestro del jefe las armas de los Mosquera que son de plata, cinco cabezas de lobo de sable, degolladas y sangrantes, linguadas de gules, colocadas en aspa. Cuartel del centro de gules dos castillos de oro, armas dadas al conquistador por los Reyes Católicos. Cuartel siniestro del Jefe armas de los Vivero que son de oro, con tres rocas de púrpura, sostenidas de ondas de azur y plata, sumada cada una de un píe de ortigas con siete hojas de sinople. Cuartel diestro de la punta las armas de los Fernández que en este caso son en campo de oro cinco hojas que bien pudiera corresponder a cinco flores de lis, propias de los Fernández de la Rioja, ello según indica el heraldista Eduardo Seijas Vázquez. No descarto que también se pueda tratar de una versión del linaje de los Figueiroa. Cuartel central de la punta de azur franjas ondeadas y dos islas en verde claro, merced de los RR.CC. Cuartel siniestro de la punta las ondas de los Goyanes, de plata franjas ondeadas de azur.

El carmelita Fray Manuel de la Fuente, citado por Viera y Clavijo, en la obra “Historia de Canarias” Tomo segundo, editado en Santa Cruz de Tenerife en 1951, dice en la página 251, nota primera, da como lema del escudo de armas del primer Adelantado, en la dedicatoria de libro de su religión a doña Parcia Magdalena Fernández de Lugo, Princesa de Ásculi, la frase “Quien lanza sabe monver, ella le da de comer”; pero dicho lema no figura en la escritura de fundación de Mayorazgo, donde aparece el mencionado escudo de armas que reproducimos, ni tampoco figura en ningún documento que sea coetáneo a dicha fundación.

Genealogía:
Siguiendo el hilo conductor que establece el Padre Crespo y también otro gran estudioso de este linaje que lo fue D. Francisco Fernández de Béthencourt, cuya obra “Nobiliario y Blasón de Canarias”, son piezas fundamentales para estudiar éste linaje, resulta que la rama troncal, es decir la más antigua da comienzo con García Froyla, señor de la tierra de Lugo, hijo segundo del conde D. Pedro Fernández de Traba y de Dª Urraca Froyla, condesa de Arlanga y de Traba, que había sido su primera esposa. Dicho conde de Traba descendía directamente de D. Ramón, conde de Monterroso, hijo natural del Rey D. Fruela I de León y Dª Ermesenda Romáriz, señora de Santa Marte de Ortigueira.

D. García Froyla, contrajo matrimonio con Dª Toda Coronado, teniendo por legítimo hijo a Juan Foyla de Lugo Coronado, ricohombre de León, que desempeñó el cargo de merino mayor del reino de Galicia, además fue gobernador y alcalde de Lugo. Había contraído matrimonio con Dª Sancha López de Ulloa, de quienes fue legítimo hijo Lope Romaríz de Lugo, señor de la casa solar de Lugo; padre que fue de Sancho Ramaríz de Lugo, señor de la casa solar de Lugo, ricohombre de León, del Consejo del rey de Castilla D. Alonso VIII, su halconero y caudillo de la gente de Lugo, que luchó en la batalla de las Navas de Tolosa. Contrajo matrimonio con Dª Aldonza Fernández de Seijas, hija del señor de las tierras de Narla y de las fortalezas de San Payo y de Castro de Seijas, lugares cercanos a Villamayor de Ulloa; quienes tuvieron por legitimo hijo a Ruy Froyla de Lugo, igual que sus antecesores señor de la casa solar de Lugo, marido de Dª Inés de Nóvoa y Bolaño, de quienes fue hijo Lope Pérez de Lugo y Novoa, señor de la casa solar de Lugo. Quien contrajo legítimo matrimonio con Dª Berenguela Rodríguez de Vivero, señora de la actual ciudad de Viveiro. Los anteriores fueron padres de Pedro López de Lugo y Rodríguez de Vivero, señor de la casa solar de Lugo, mayordomo del Rey D. Alonso XI; matrimonió con Dª Osenda Pérez de Sotomayor y Monterroso, siendo legítimo hijo Rodrigo López de Lugo y Sotomayor, señor de la casa solar de Lugo. Desempeñó el cargo de escribano mayor del reino de Galicia y fue alcalde de Lugo. Contrajo matrimonio con Dª Leonor López de Ocampo, de quienes al menos quedaron cinco hijos. I. Lope Alfonso Yáñez de Lugo y Ocampo, (q.s.l.l.).

II Rodrigo; III Álvaro; IV Alonso; V Juan López de Lugo Ocampo, quienes sostuvieron ruidosos pleitos con el obispo de Lugo, por las preeminencias de su familia en la catedral lucense, obteniendo los demandantes real carta ejecutoria a su favor fallada por la Real Audiencia de A Coruña.

Lope Alfonso Yañez de Lugo Ocampo, señor que fue de la casa solar de Lugo, contrajo matrimonio con Dª Teresa García de Baamonde y Montenegro, señora de la fortaleza de la Mota de Pallares, en tiempos del Rey D. Juan II, (1406-1454). Lope Alfonso Yañez de Lugo Ocampo, fue señor de las casas de Baamonde y Montenegro, así como de la fortaleza de Pallares, fundada por el conde D. Ero de Lugo. Los anteriores fueron padres de Rodrigo López de Lugo y Baamonde, señor que fue de las casas de Baamonde, Montenegro y fortaleza de Pallares. Contrajo matrimonio con Dª Leonor de Monterroso y Ulloa, siendo legítimos padres al menos de dos hijos:

I. Álvaro Yáñez de Lugo y Monterroso, lo mismo que sus antecesores señor de la casa solar de Lugo, y primer señor de Villalba de Adja, en el partido de Olmedo y provincia de Valladolid, señorío que adquirió al pasar a Castilla la Vieja; también fue señor del castillo de Fuencastín y sus tierras; doncel del rey D. Juan II y caballero de la orden militar de Santiago. Sus descendientes radicaron y asentaron solar en Medina del Campo.

II. Pedro Fernández de Lugo y Monterroso, de él descienden varias líneas genealógicas que pasaron a las Islas Canarias y Santa Marta, en tierras de Colombia. Éste señor ha sido el primero de la familia de los Lugo que se avecindó en la región andaluza, fijando su residencia en los albores del siglo XV en Sevilla, donde contrajo matrimonio con Dª María Gutiérrez de Escalante, de quienes fueron legítimos hijos:

A. Pedro Fernández de Lugo y Gutiérrez de Escalane (q.s.l.l.).
B. Alonso Fernández de Lugo y Gutiérrez de Escalante, nació en Sevilla, siendo vecino de Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz, lugar donde fijo su residencia, contrayendo matrimonio con Dª Catalina Martínez de Luna, de quienes fueron legítimos hijos:

a. D. Alonso Fernández de Lugo y Martínez de Luna; fue vecino y regidor de Sanlúcar de Barrameda, donde matrimonió con Dª Isabel García Pradal, teniendo sucesión.
b. D. Juan Lugo y Martínez de Luna. Desempeñó el cargo de Jurado de Sevilla; ciudad donde contrajo matrimonio con Dª Inés Quijada, de quienes fue legítima hija Francisca de Quijada y Lugo. Contrajo matrimonio con Juan Bautista Riverol y Lugo, siendo padres de Luisa de Riverol y Lugo, que matrimonió con su tío Francisco de Lugo y de las Casas, señor de la aldea de San Nicolás, en la Isla de Gran Canaria.

Pedro Fernández de Lugo y Gutiérrez de Escalante, natural de Sanlúcar de Barrameda, en Sevilla; contrajo matrimonio con Dª Inés de las Casas, también figura en varios documentos “de Casaus”, hija de Guillén de las Casas, tesorero del rey D. Juan I de Castilla. De quienes fueron legítimos hijos:

A/ Juan Fernández de Lugo y de las Casas, conquistador de la Palma, teniente de gobernador y alcaide mayor de la isla. casó en primeras nupcias con Dª Inés Gutiérrez de los Ríos, y de segundas con Dª Catalina López, de la que tuvo sucesión.
B/ Francisco de Lugo y de Las Casas, señor de San Nicolás, en la isla de Gran Canaria, quien casó con la mencionada su sobrina Dª Luisa de Riverol y Lugo, de la que tuvo a Guillén, Pedro (regidor de Tenerife), Rodrigo, Alonso (licenciado y Vicario de Méjico), Francisco (sacerdote), Luis (religioso franciscano) y Francisca de Lugo Riverol, que matrimonió con Lope Mesa, siendo ambos progenitores de los marqueses de Torrehermosa.
C/ Pedro Fernández de Lugo y de las Casas; falleció en 1518 en la isla de La Palma, sin sucesión.
D/ Ana de Lugo y de las Casas; contrajo primeras nupcias con su primo hermano el conquistador Pedro Benítez de Lugo, apodado el Tuerto, y de segundo matrimonio casó con Pedro de Vergara, famoso conquistador de Tenerife.
I. Alonso Fernández de Lugo y de las Casas (q.s.l.l.).
II. D. Luis Manuel de Lugo y de las Casas, fue religioso dominico.
III. Dª Inés de Lugo y de las Casas, contrajo matrimonio con D. Juan Benítez Pereyra, que era señor de la villa de Montillos, y almirante de la Armada del océano, tronco de la casa de los Benítez de Lugo, con ilustre descendencia nobilísima de conquistadores del Río de la Plata y del Mar del Sur; de las casas de Benítez de Grimaldi; de los marqueses de Zelada; de los marqueses de Quinta Roka; de los marqueses de la Florida y de los marqueses de Villafuerte, entre otros.
C. Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, nació en Sanlúcar de Barrameda, falleció en las Canarias en 1525; fue General, Justicia y Primer Adelantado de Canarias, conquistador de Gran Canaria, Palma y Tenerife; Capitán General de las Costas de Africa, ello, entre otros cargos. Contrajo matrimonio con Dª Catalina Suárez Gallinato, de la casa de su apellido. D. Alonso Fernández de Lugo, en segundas nupcias se desposó con la ilustre dama de la reina Dª Isabel la Católica, llamada Dª Beatriz de Bobadilla. En tercer matrimonio casó con Dª Juana Masieres, también dama, pero en este caso de la reina Dª Germana de Foix, segunda esposa de D. Fernando el Católico; del aquí mencionado D. Alonso Fernández de Lugo, quedaron varios hijos de sus tres matrimonios, sucediéndole en sus estados el segundogénito de su primer matrimonio, llamado:

D. Pedro Fernández de Lugo Xuárez Gallinato, ha sido el segundo Adelantado mayor de las islas Canarias, capitán general y justicia mayor perpetuo de Tenerife y La Palma; conquistador y Adelantado de la provincia de Santa Marta, en el actual estado de Colombia. Don Pedro Fernández de Lugo Xuárez Gallinato contrajo matrimonio en Tenerife con Dª Inés de Herrera y Ayala, de quienes fue hijo y sucesor D. Alonso Luis Fernández de Lugo y Pérez; el día 22 de febrero de 1535, tomó posesión en nombre de su padre, del Adelantado vacante de Santa Marta hasta la ribera del río Magdalena, la otra orilla se dejó para el Gobierno de Cartagena de Indias, con el nombre de Nueva Andalucía, hasta el Darién. Nombró D. Pedro por su teniente a su hijo D. Alonso Luis de Lugo, que no respecto los mandatos de su padre, embarcando de una forma secreta para España y llevando con él muchas riquezas. En visto de ello su padre nombró para el cargo que estaba ocupando a su hijo a D. Gonzalo Ximénez de Quesada, y D. Alonso fue hecho prisionero y procesado, por abandono de cargo y sustracción de riquezas. Una vez fallecido su padre D. Pedro, D Alonso Luis fue nombrado Adelantado, llevando consigo gentes que, por sus apellidos, eran de Galicia u oriundas sus inmediatos antepasados, es el caso de Rodrigo de Anaya, Lorenzo de Mexia Figueroa, tres hermanos de apellido Ovalle; además de Pedro, Cristóbal y Gutierre, naturales de Ronda, pero descendientes de los Aballe de Galicia; Francisco Baamonde de Lugo (Gobernador de Puerto Rico 1564-68)
, que era hijo del Adelantado.

D. Alonso Luis, salió de España en 1540 y nombró Adelantado en Santafé a Lope de Montalvo de Lugo, que era legítimo hijo de Juan Ruiz de Lugo y de su esposa Dª María de Solís, naturales de Salamanca. En los nuevos reinos D. Alonso Luis Fernández de Lugo continuó la serie de hazañas de sus mayores y después pasó a Flandes, donde alcanzó el grado de Coronel de Caballería. Tramitó el expediente e ingresó en la Orden Militar de Santiago en 1535, falleciendo al año siguiente (1536). Estuvo casado con la hermana de la Marquesa de Camarasa Dª Beatriz de Noroña y Mendoza, teniendo por legítimo hijo y sucesor a otro D. Luis Fernández de Lugo y Noroña, que fue nombrado IV Adelantado mayor del archipiélago canario. Lo mismo que su padre también fue Caballero de la Orden Militar de Santiago, en la que ingresó en 1574; fue una persona de un carácter muy cambiante, por eso era conocido con los apelativos de El Lindo y El Hechizado. Contrajo matrimonio en Valladolid con Dª María de Castilla, de quienes no quedó sucesión. Al no quedar descendencia directa, heredó sus vienes, derechos, acciones y raíces su sobrina carnal llamada Dª Porcia Magdalena Marín de Lugo, que era hija de Dª Luisa de Lugo y Noroña y de su esposo, el duque de Terranova D. Nicolás Marín, dicha señora fue duquesa de Terranova. Contrajo matrimonio con D. Antonio Luis de Leiva, que era el IV príncipe de Asculi, marqués de Atela, conde de Monza y Grande de España, de los mismo quedó sucesión.
El Rdo. don José Santiago Crespo, en la misma obra, nos sigue informando que entre las ramas derivadas de esta Rama Segunda, es decir de Dª Porcia Magdalena Marín de Lugo y de su esposo D. Antonio Luis de Leinva, quedan varias líneas genealógicas, y señala las siguientes:

a. La de los Adelantados mayores, que queda referida hasta la extinción de la baronía.
b. La de los señores de la isla de Fuerteventura, con sus mayorazgos y representación histórica de la Casa de Saavedra.
c. La de los marqueses de Florida.
d. La llamada de Lugo Viña, con vinculaciones en las islas de Tenerife y La Palma.
e. La segunda Casa de Lugo Viña, formada por Miguel Mauricio de Lugo viña, casado en La Palma con Dª María Nicolasa de Cobrejas.
f. La de Benítez de Grimaldi.
g. La de los marqueses de Zelada.
h. La apellidada Méndez de Lugo, formada por Luis de Lugo, sobrino del primer Adelantado de Canarias y establecido en Tenerife poco después de la conquista.

Familiares en distintos grados de los conquistadores, vecinos de Jerez de la Frontera, con origen genealógico en la Casa Solar de Lugo, y que pasaron el Nuevo Reino de Granada.

Vinculados con los Lugo de Albarracín, pero con origen en la ciudad de la Muralla y del Sacramento, que es Lugo, y por estar emparentados con los conquistadores de las irlas Canarias y Santa Marta en Bogotá, de ellos nos da amplias noticias una ejecutoria de hidalguía ganada en 1603 por D. Jácome), en varios documentos también le nombran Juan), de Lugo Albarracín, éste importante expediente está custodiado en el Archivo Nacional de Colombia. Siguiendo los árboles genealógicos de la misma, y donde hace amplia referencia y reclamación D. Francisco de Lugo Albarracín, sobre un mayorazgo en Jerez de la Frontera. Utilizando la misma establecemos la siguiente genealogía:

Dª Ana de Lugo, que había sido pariente muy cercana de D. Alonso Luis de Lugo, Adelantado Mayor de lis Islas Canarias, contrajo matrimonio con D. Juan de Albarracín, legítimo hijo de otro D. Juan de Albarracín y de su esposa Dª Elvira Alonso Benítez, que siendo vecinos del Puerto de Santa María, se marcharon a Jerez de la Frontera, donde fueron padre de D. Jácome o Juan de Lugo Albarracín, quien matrimonió con Dª María Acebo o Acevedo Sotelo, siendo éstos padres de tres hijos llamados: A/ D. Pedro de Lugo Albarracín, quien falleció de joven, y había sido protegido del Adelantado D. Alonso Luis de Lugo, estuvo casado con Dª Elvira Álvarez de la que tuvo una hija llamada Isabel Álvarez de Lugo. B/ D. Alonso de Lugo Albarracín, (q.s.l.l.). C/ del tercer hijo, en este caso hija, no conocemos el nombre pero sabemos que había contraído matrimonio con Francisco Ponce de León, al parecer familiar del Duque de Arcos y del Marqués de Cádiz.

Alonso de Lugo Albarracín matrimonió con Dª María acuña, hija de D. Juan Pérez de Acuña; quienes fueron hijos de otros tres hijos llamados: A/ D. Juan de Lugo Albarracín, (q.s.l.l.). B/ Alonso de Lugo Albarracín, que fue padre de un hijo natural llamado D. Luis de Lugo. D/. D. Pedro de Lugo Albarracín, que pasó del Nuevo Reino de Granada a España y volvió a la gobernación de Caracas, donde contrajo matrimonio y falleció sin sucesión.

D. Juan de Lugo Albarracín, que ha sido el que pleiteo y ganó la Carta Ejecutoria. Estuvo casado con Dª Ana de Boada, siendo legítimos padres de D. Francisco de Lugo Albarracín, quien en 1694 hizo la información referida, reclamando el mayorazgo fundado en Jerez por sus antepasados, y que había poseído el hermano mayor de su padre, D. Alonso de Lugo.

El famoso genealogísta D. Juan Flórez de Ocáriz, cita a D. Pedro de Lugo como regidor de la ciudad de Santafé, su patria donde contrajo matrimonio con Dª Mariana de Alviz.

El mismo estudioso, recuerda a D. Lorenzo Hernández de Lugo, quien había contraído matrimonio con Dª Ana González Ocampo, hija de D. Diego Marín del Corral y de Dª Catalina González de Ocampo. Según parece ambos dejaron el Nuevo Reino de Granada y pasaron a vivir en Perú.
Finalmente menciona a D Juan González de Lugo, que en 1619 había contraído matrimonio con Dª Catalina Rodríguez de la Torre.
En la misma obra el Padre Crespo no dice que los Albarracín eran descendientes de D. García de Albarracín, un destacado hidalgo montañés, además de ser uno de los trescientos hidalgos que ayudaron al Rey Alfonso X El Sabio (1252-1284) en la conquista de Jerez. Del hijo de Dª Ana de Lugo dice la referida ejecutoria que obra en el Archivo Nacional de Colombia, ganada en 1603 por D. Jácome de Lugo Abarracín, que los Lugo “haber hecho muchas y muy notables hazañas en la conquista del Nuevo Reino de Granada, en las Indias, en compañía de dicho D. Alonso Luis de Lugo, y de D. Pedro de Lugo, su padre, adelantado de Canarias, parientes de la dicha Dª Ana de Lugo, su madre”.

Según la obra de D. Manuel de Ossuna y Van Den Heede, titulada “El Regionalismo en las Islas Canarias” fue el último poseedor del Mayorazgo Adelantado de las Islas Canarias D. Juan Bautista de Cabrera Bermuy Fernández de Lugo, Marqués de Villaseca, de Fuente y de la Rosa, Conde de la Jarosa, de Talhara y de Villanueva de Cárdenas. Dicho señor falleció en Madrid en 1875.

Transcripción de documentos:
“Merced de la gobernación de la isla de Tenerife [a] Alonso de Lugo”. Burgos, 5 de noviembre de 1496.

[Al margen:] El Rey e la Reyna.
Merçed de la governaçion de la ysla de Thenerife Alonso de Lugo.
“Don Fernando e doña Ysabel, etc. Por quanto en çierto asyento e capitulaçion que por nuestro mandado se tomo con vos, Alonso de Lugo, al tiempo que por nuestro mandado fuystes a conquistas a la ysla de Thenerifee, se contiene que acavada de ganar la dicha ysla vos haríamos merçed de la governaçion della en quanto nuestra merçed e voluntad fuese; e agora que a Nuestro Señor ha plazido que se ganase la dicha ysla de Thenerifee por vuestra mano e travajo, poniendo como pusistes vuestra persona a muchos peligros en la dicha conquista; lo qual por nos visto e acatado, e los muchos serviçios que de vos avemos resçebido e vuestra sufiçiençia e Idoneidad, thenemoos por bien e es nuestra merçed e voluntad que agora e de aqui adelante para en toda vuestra vida seades nuestro governador de la dicha ysla de Thenerifee, e tengades por nos e en nuestro nombre los ofiçios e justiçia e juridiçion çevil e criminal de la dicha ysla de Thenerifee, e vsedes de los dichos ofiçios por vos e por vuestros lugarestenientes, asy alcaldes como alguaciles, que es nuestra merçed que los dichos ofiçios podades poner e pongades; los quales podades quitar e admover e poner otro o otros en su lugar, cada que vos quisierdes e entendierdes que cunple a nuestro servicio e a esecuçion de nuestra justiçía; e oyades e librdes todos e quelesquier pleitos ceviles e criminales que en la dicho, ysla estan movidos e pendientes, e se començaren e movieren; e ayades e llevedes la quitaçion e todos los otros derechos al dicho ofiçio pertenecientes e que por razon del podades e avedes aver e llevar. E por esta nuestra carta mandamos a los Conçejos, cavalleros, regidores, escuderos, ofiçiales e omes buenos de la ysla de Thenerifee que, juntos en sus Cavildos e Ajuntamientos, tomen e resçiban de vos el dicho Alonso de Lugo el juramento e solenidad que en tal coso se requiere; asy fecho, vos ayan e resçiban e tengan por nuestro governador de la dicha ysla, e vsencon vos e con los dichos vuestros lugartenientes e fiçiales que vos en nuestro nombre reçibides en el dicho ofiçio e entodo lo a el conçerniente, e vos recudan e fagan recuidir con la quitaçion e derechos e salarios anexos a pertenecientes; e que en ello ni en parte dello ynpedimiento alguno vos no pongan ni consyentan poner; etrosy, vos consientean e dexe hazer todas e queles e quales pesquisas e cosas en los casos de dereco prevysos; e otrosy que si vos vierdes que cunple a nuestro serviçio e esecuçion de nuestra justiçia qualesquier personas que en la dicha ysla estovieren o a ella vinieren salgan della e que no entren ni esten en ella, e que vos lo podades mangar della e que no entren ni esten en ella, e que vos podades mandar e mandedes de nuestra parte, a las quales personas nos por la presente mandamos que dentro del termino e so la pena e penas que vos de nuestra parte les pusierdes, salgan della e no entren ni esten en ella, so las dichas penas; las quales podades esecutar en las personas e bienes de los rebeldes e ynobedientes fueren; e que para usar el dicho ofiçio e conplir e esecutar la dicha justiçia en los delinquentes, todos se junten e conformen con vos e vos den e fagan dar todo favor e ayuda quevos pipierdes e ovierdes menester; e que las penas en que condenardes vos o los dichos vuestros ofiçiales perteneçientes a nuestra Camara los pongades en poder de escrivano del Conçejo, para que los tenga de manifiesto e faga libro dellos, para fazer dellos lo que nos mandaremos. Para lo qual todo que dicho es e para cada cosa e parte dello fazer e cunplir e executar con todas sus ynçideçias e depençias, anexidades e conexidades, vos damos poder conplido por esta nuestra carta. E los unos ni los otros non fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merçed e de diez mill maravedis para la nuestra Camara. Dada en la çibdad de Burgos a çinco dias del mes de noviembre año del nasçimiento de Nuestro Salvador Ihesu Christo de mill e quatrocientos e noventa e seys años = yo el Rey.= Ya la Reina.= E yo Miguel Peres de Almaçan, secretario del Rey e de la Reyna, la fi escrevir porsu mandado.= Licenciatus Çapata.= Uares in decretis baccalareus”.

Poder dado a Alonso de Lugo para que pueda el solo hacer y haga el repartimiento de las tierras de la Isla de Tenerife, Burgos 5 de noviembre de 1496
Don Fernando e doña Ysabel, etc... Por quanto al tiempo que vos Alonso de Lugo, nuestro governador de la ysla de Thenerifee, fuystes por nuestro mandado a conquistar la dicha ysla, se asento con vos, por nuestro mandado, que cavada de ganar la dicha ysla mandaríamos nonbrar una persona que junto con vos entendiese en el repartimiento de las tierras, casas e heredades que en la dicha ysla ay, para lo dar e repartir a las personas que a ella fuesen a poblar, lo qual repartiesedes segund que a vosotros bien visto fuese; e por que agora nuestra merçed e voluntad es que vos solo entendays en fazer e fagades el dico repartimiento, por esta nuestra carta vos damos poder e facultad para quevos soo podays fazer e fagades el dicho repartimiento, segund que a vos bien visto fuere que se debe hazer para que la dicha ysla pueble. E por esta nuestra carta vos damos poder e facultad para ello, segund dicho es; e fazemos merçed a las personas a quien vos dierdes e repartierdes e sañalarde qualesquier tierras e heredamientos de la dicha ysla de Tenerifee, e dello le dierdes vuestra carta, para que sea suyo e puedan fazer dello segund e como e de la forma e manera que los vos dierdes, e con las misma condiçiones. De lo qual vos mandamos dar la presente, firmado de nuestros nonbres e sellada con nuestro sello. Dada en la çidad de Burgos a çinco dias del mes de nobiembre, año del nasçicimiento del Nuestro Salvador Ihesu Christo de mill e quatroçientos e noventa e seys años. = Yo el Rey Yo Reina.= Yo Miguel Peres d’Almaçan, secretario del Rey e de la Reyna, nuestros señores, la fiz escrevir por su mandado. E en las espaldas, M. dottor.= Archidiaconus de Talabera= Licenciatus Çapata. Suarez, indecretis baccalareus.

Merced para que Alonso Fernández de Lugo pueda traer ciertas armas. Burgos, 5 de noviembre de 1496
Don Fernando e doña Ysabel, etc. Por cuanto a los Reys e Prinçipes es propia cosa honrrar e sublimar a fezer graçias e merçedes asus subditos e naturales, espeçialmente aquellos que bien e lealmente les syrven; lo qual por nos acatado, e considerado los muchos e buenos e leales serviçios que vos Alonso de Lugo nos avedes fecho e fazedes de cada dia, espeçialmente en las conquistas de las yslas de Thenerifee e Sant Miguel de la Palma quevos por nuestro mandado fuystes a conquistar e conquistastes, e las reduzistes a serviçio de Dios e nuestro, donde pusystes vuestra persona a mucho arriesgos e peligro, e truxistes a los que se llamavan Reyes de las dichas yslas a nos dar la obediençia e reberençia que devian; e porque quede memoria de tan señalados serviçios de vos e de vuestro linaje e desçendientes, thenemos por bien e es nuestra voluntad e merçed: que alende e demas de vuestras armas, devos dar por armas las dichas dos yslas e dos fortalezas en medio dellas, para que las podays; las quales vos tengays e traygays en vuestro escudo e resposteros e después de vos vuestros deçendientes e linaje; e mandamos que sean conoçidas por vuestras armas e de vuestro ynpedimento alguno en el traer dellas, por quanto vos las damos e mandamos que las ayes e sean conoçidas por vuestras doquier que las puyerdes. De lo qual vos mandamos dar la presente, firmada de nuestros nonbres e sellada con nuestro sello. Dada en la çibdad de Burgos, a çinco dias del mes de novienbre, año del naçimiento del Nuestro Salvador Ihesu Christo de mill e quatroçientos e noventa e seys años. = Yo el rey= Yo la Reina. = E yo Miguel Peres d’Almaçan, secretario del Rey e de la Reyna, lo fiz escrevir por su mandado. E en las espaldas: M. el doctor= Archidiaconus de Talavera.= Liçenciado Çapta. = Suarez, in decretis baccalareur.

Albalá de la Reina Isabel designando paje suyo a Pedro Fernández de Lugo. Burgos, 20 de febrero de 1497
Pedro Fernández de Lugo Mostró un alvala de la Reyna nuestra señora fyrmado de su nonbre fecha en esta guisa:
Yo la Reyna fago saber a vos el mi mayordomo e contadores mayores de la despensa e racion de mi casa, que mi merced e voluntad es de tomar por mi paje a Pero Hernades de Lugo, hijo de Alonso de Lugo, e que aya e tenga de mi de racion e quitacion en cada un año nueve mill e quinientos maravedis. Por que vos mando: que lo pongades e asentedes asy en los mis libros e nominas de las raciones e quitaciones, que vosotros tenedes, e libredes al dicho Pero Hernandes los dichos maravedis en este presente año de la fecha deste mi alvala, e dende en adelante en cada un año, segund e quando librades a las otras personas de mi casa, que tienen los semejantes maravedis; e tomad en vos el treslado desta dicha mi alvala e asentadle en los dichos mis libros; e edad e tornad este original, sobrescrito e librado de vosotros, el dicho Pero Hernandes; e no fagades ende al. Fecho en la cibdad de Burgos, a veynte dias del mes de hebrero año del nascimiento de Nuestro Señor Ihesu Chisto de mill e quatrocientos e noventa e siete años = Yo la Reya. = Yo Juan de la Parra, secretario de la Reyna, nuestra señora, lo fise escrevir por su mandado.
Fue seobreescripta, levola en su poder como se asento en los libros años de XCVII. Librados al dicho Pero Fernandes los dichos IX U CCCC, maravedis por nomina fecha a III de abril de XCVIII en el situado Francisco de Madrid.

Bibliografía
Antonio Rumeu Armas. “Alonso Fernández de Lugo en la Corte de los Reyes Católicos 1496-1497.
Archivo General de Simancas. Casa Real de Castilla, leg. 65.
Archivo General de Simancas. Registro del Sello, noviembre de 1496.
Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Año 1512 Protocolos. Institución de Mayorazgo de D. Alonso Fernández de Lugo.
Archivo Nacional de Colombia. Ejecutoria ganada por D. Jácome de Lugo Albarracín, año 1603. Tomo II Genealogía. Arbol XXVII.
D. Juan Pallares Gayoso, en su obra Argos Divina. Año 1700, Imprenta de Santiago de Compostela de D. Benito Antonio Frayz
Diccionario de Historia de España, Madrid, 1968.
Diccionario histórico biográfico, genealógico y heráldico de la Provincia, formada por siete tomos.
El Padre Fray Felipe de la Gándara, en su obra “Armas y Triunfos de los Hijos de Galicia”,
Gran Enciclopedia Gallega (edición de 1974). Tomo XII, paginas 69/71.
La escritura de aprobación de mayorazgo fue realizada por el escribano de Medina del Campo D. Gil Eras en 30 de marzo de 1512, cuya fundación aprobó el Adelantado por escritura que pasó ante Antón de Vallejo, escribano de La Laguna, en 19 de mayo de 1515, con precisa condición de que el poseedor se llamase D. Alonso Fernández de Lugo.
Manuela Marrero Rodríguez, La esclavitud en Tenerife a raíz de la conquista. La Laguna, 1966. Diccionario de la Historia de España, Madrid 1968;
Noticias de la Historia general de las Islas Canarias. Imprenta Isleña, 1859, tomo II.
Pradre Crespo. “Blasones y linajes de Galicia”.
Titulo nobiliario concedido en 14 de abril de 1748 (Real despacho de 14 de abril de 1753) a don Juan Fermín Apesteguía y Ubajo, caballero de Santiago.

by Luis  Lopez Pombo





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